Está receta es ideal para los días en que no te apetece encender la vitro, la inducción, la cocina de gas, la hoguera o cualquier fuente de calor que utilices para cocinar. Además, pese al respeto que a muchos les produce el nombre de esta preparación, es fácil y sencilla, solo hay que respetar unas sencillas pautas a prueba de melones, asegurarse de la frescura del pescado y evitar las partes más fibrosas y rojizas del atún.
Si no te gusta el pescado crudo y jamás en la vida entrarías a un restaurante japo, atrévete a probar que una cucharada al año no hace daño.
(Para 1 persona)
- 200 g de atún rojo
- 1/2 tomate
- 1/2 cuchara de huevas de lumpo
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta
1. Picar el atún en dados pequeños (yo soy un poco bruto, pero la medida ideal es de 1/2 cm aprox.)
2. Picar en dados medio tomate (en este caso he usado la variedad raf)
3. En un bol mezclar los dados de atún con el tomate, añadir el aceite y salpimentar
4. Emplatar el tartar y terminar colocando unas huevas de lumpen sobre el atún (si tienes presupuesto para otro tipo de hueva mejor que mejor).
Después de este arduo esfuerzo solo queda sentarse a la mesa y devorar el fruto de tu trabajo.